Día de lluvia y conformismo del Dénia
La lluvia no dio tregua en la Marina Alta el pasado fin de semana y ello también afectó el devenir del duelo entre el Dénia y el Gramenet. A las intermitentes precipitaciones se unió un viento racheado que imposibilitaba el juego normal. De este modo, los constantes balones al cielo acababan basculando hacia la grada y así dos decenas de ocasiones que supusieron casi la mitad del primer tiempo. El resto, dos aproximaciones del conjunto anfitrión en las que primero Mendoza de cabeza y después Mikel de duro disparo alertaron al meta del Gramenet, un Barragán que venía de salvar los muebles de su conjunto ante el Alacant.
El caso es que el panorama parecía contentar a ambos entrenadores: un punto válido para los objetivos de ambos conjuntos. Antes de finalizar el acto inicial se desató un conato de polémica a raíz de la expulsión por doble amarilla del blanquiazul Moyano. El centrocampista abandonó el campo de malos modos, arropado por las protestas de su banquillo. El colegiado murciano armó el brazo y cortó cualquier atisbo de revolución expulsando al cancerbero suplente y al preparador físico con roja directa.
Ante este escenario, los groguets estiraron líneas y cerraron al rival en su parcela. Paradójicamente, ahí se acabó el choque para los locales. Con el adversario parapetado no hubo pie a contras ni segundas jugadas que espoleasen a los de Lema. Ni siquiera una mísera falta al borde del área o en un costado para armar la estrategia. El Gramenet venía al Nou Camp con la lección bien aprendida. Sólo Mikel parecía querer cruzar el Rubicón, mediante jugadas explosivas y un postrer disparo que salió alto, en el minuto 40. José Jaime también lo intentó en un flojo golpe franco.
Segunda parte
Tras el descanso, mismo guión. El Dénia era el infeliz poseedor del balón y los catalanes se proyectaban en el mojado césped de un modo resuelto. En general, la segunda parte sobró y pese a que el técnico dianense dio entrada al delantero Héctor y al extremo Borja el tedio fue la nota imperante. El Gramenet sacaba tajada de su particular guerra de guerrillas: Un sólo disparo a los tres palos de Paco -un remate de cabeza de espaldas y bombeado de Meca que Paco despejaría a córner- les supuso sumar a los jugadores de Manolo González.
Guillem Ivars, Dénia
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